Película para Ingmar Bergman
El 5 de diciembre se presentó en la Sala Lumiére de Cine Universitario del Uruguay (Canelones 1280), en una única función para socios de esa institución, del Instituto Cultural Uruguay Suecia e invitados especiales, el documental Bergman i Uruguay, producido por Karin Rydholm, Rodolfo Porley y Ferruccio Musitelli con el apoyo de la Embajada de Suecia en nuestro país.
El documental en DVD, que fue entregado por Karyn Rydholm en Estocolmo a Åsa Kleveland, presidenta de la Fundación Bergman, examina el largo impacto que la personalidad y la obra de Ingmar Bergman han tenido sobre varias generaciones de críticos y aficionados cinematográficos uruguayos. La lista de entrevistados incluye a representantes de la cultura local como Homero Alsina Thevenet, Ferruccio Musitelli, Antonio Larreta, Hugo Rocha, Roberto Fontana, Enrique Raymondi, Raquel Goldenberg, Jorge Abbondanza y Ronald Melzer. Vale la pena recordar que Bergman fue a nivel mundial, en buena medida, un descubrimiento uruguayo, no porque los uruguayos sean más listos que la gente de otros lados sino porque una afortunada serie de acontecimientos (en particular los festivales de Punta del Este impulsados por Mauricio Littman) permitieron que sus primeras películas se conocieran en el Río de la Plata antes que en algunas capitales europeas: casi todos los estudios franceses sobre Bergman, empezando por el excelente y muy clásico de Jacques Siclier, comienzan con Sonrisas de una noche de verano (1956), que había impactado en Cannes, y de ahí saltan a examinar la obra anterior del cineasta. En cambio, los trabajos uruguayos de Alsina, Rodríguez Monegal y otros solían arrancar con Juventud divino tesoro (1950) y luego oscilar hacia atrás y adelante. Hay una suerte de justicia poética en ello, porque Juventud es probablemente la primera obra maestra de Bergman, la película que orquesta de manera más coherente y equilibrada los temas y los recursos estilísticos que el realizador ensayara en sus ocho largometrajes previos.
El lanzamiento del documental fue el primer resultado concreto del programa Bergman en el Uruguay que el Instituto Uruguay Suecia desarrolló a lo largo del año 2006 con apoyos varios y un carácter nacional, intergeneracional y multidisciplinario.
El documental en DVD, que fue entregado por Karyn Rydholm en Estocolmo a Åsa Kleveland, presidenta de la Fundación Bergman, examina el largo impacto que la personalidad y la obra de Ingmar Bergman han tenido sobre varias generaciones de críticos y aficionados cinematográficos uruguayos. La lista de entrevistados incluye a representantes de la cultura local como Homero Alsina Thevenet, Ferruccio Musitelli, Antonio Larreta, Hugo Rocha, Roberto Fontana, Enrique Raymondi, Raquel Goldenberg, Jorge Abbondanza y Ronald Melzer. Vale la pena recordar que Bergman fue a nivel mundial, en buena medida, un descubrimiento uruguayo, no porque los uruguayos sean más listos que la gente de otros lados sino porque una afortunada serie de acontecimientos (en particular los festivales de Punta del Este impulsados por Mauricio Littman) permitieron que sus primeras películas se conocieran en el Río de la Plata antes que en algunas capitales europeas: casi todos los estudios franceses sobre Bergman, empezando por el excelente y muy clásico de Jacques Siclier, comienzan con Sonrisas de una noche de verano (1956), que había impactado en Cannes, y de ahí saltan a examinar la obra anterior del cineasta. En cambio, los trabajos uruguayos de Alsina, Rodríguez Monegal y otros solían arrancar con Juventud divino tesoro (1950) y luego oscilar hacia atrás y adelante. Hay una suerte de justicia poética en ello, porque Juventud es probablemente la primera obra maestra de Bergman, la película que orquesta de manera más coherente y equilibrada los temas y los recursos estilísticos que el realizador ensayara en sus ocho largometrajes previos.
El lanzamiento del documental fue el primer resultado concreto del programa Bergman en el Uruguay que el Instituto Uruguay Suecia desarrolló a lo largo del año 2006 con apoyos varios y un carácter nacional, intergeneracional y multidisciplinario.